El tema de la muerte, que es tan venerado en México, no es privativo de ese país, en Sevilla, se realizó en Encuentro internacional sobre los Cementerios Contemporáneos.
En Argentina, aunque algunos piensan que es de mal gusto, una de las zonas más coquetas y visitadas es el Cementerio Recoleta, que comparte espacio con restaurantes, ferias, y una circulación vital que convierte el paseo en un destino turístico.
El Cementerio, de esa manera trasmite un clima artístico más que su relación con la muerte, además de las personalidades que encontraron descanso allí, se está recorriendo la historia.
El movimiento de exhibir el aspecto arquitectónico de los museos está vigente desde la década de los setenta, bajo la propuesta de los arquitectos Aldo Rossi y Carlos Scarpal en la que expusieron que la necrópolis, cementerios extensos en los que abundan los monumentos fúnebres, merecen un espacio en el mundo del arte.
La necrópolis disfrutó de gran populismo en la Antigüedad Clásica, en el siglo XVIII, en el que las innovaciones artísticas proveían de carácter a los cementerios y eran considerados parte del deber de los deudos y una forma de preservar la identidad familiar.
La pérdida del prestigio de las necrópolis se la puede asignar al crecimiento ecléctico y uso de espacios cada vez más amplios y sin control, lo que influyó en la disminución de la atención de estos espacios que son pequeñas ciudades que requieren planes de urbanización, sistemas de evacuación acuífera, energía y cuidados, con un submundo en el que se desarrollan actividades que tienen que ver con la forma en que la sociedad se relaciona con ellos.
Los cementerios manifiestan su perfil en aspectos que tienen que ver con el espacio y el entorno, los referentes del Siglo XIX, utilitarios y de arquitectura sin relieve, luego, vinieron los que proponen un espacio de jardines, donde el verde y el sol contribuye al sentido de paz que buscan los vivos, más que el homenaje ampuloso del monumento, tan propio de la antigüedad.
En la actualidad, el planteo es más de naturaleza práctica, el espacio y el lugar es una cuestión que se discute, lejos de las ciudades y en espacios que se pueda controlar en crecimiento, con lo que el uso de nichos, ha encontrado aceptación como respuesta a las necesidades modernas.
Hay además una tendencia a no darle a la muerte lo que la muerte no pide, hay una sensata moderación en la expresión de dolor que tiende a no expresarse en una arquitectura abigarrada, típica de los monumentos.
El contenido simbólico en la expresión artística expresada en los monumentos no se pude negar, pero también conlleva un costo y el uso de espacio vital que hoy es una cuestión poderosa en todas las ciudades modernas.
Lo que se sabe es que los cementerios no se pueden evitar, por ahora, por lo que la arquitectura moderna tiene aún mucho que ofrecer a la solución de la problemática de la manifestación de los vivos frente a la muerte.